Teriyaki de Pollo.
En más de una ocasión, hemos tenido la ocasión (a sabiendas o no) de probar un bulgogi por lo que prometía ser un excelente teriyaki. Es el gato por liebre más común de algunos “restaurantes” de comida oriental, para salir del paso. Lo que puede parecer un timo, realmente no es más que una interpretación del cocinero disfrazada de un defecto de traducción bien buscado. Por eso se me ocurre, destrozar la receta tradicional del teriyaki, e interpretar, sin engaños, lo que puede resultar excelente al paladar y más fácil de conseguir (y más económico) que la receta tradicional. Para ello, podemos partir de lo tradicional al invento, y probarlo cada uno en su cocina. Estamos abiertos a todas las críticas. Por favor, absténganse los puristas. Respeto mutuo.
En más de una ocasión, hemos tenido la ocasión (a sabiendas o no) de probar un bulgogi por lo que prometía ser un excelente teriyaki. Es el gato por liebre más común de algunos “restaurantes” de comida oriental, para salir del paso. Lo que puede parecer un timo, realmente no es más que una interpretación del cocinero disfrazada de un defecto de traducción bien buscado. Por eso se me ocurre, destrozar la receta tradicional del teriyaki, e interpretar, sin engaños, lo que puede resultar excelente al paladar y más fácil de conseguir (y más económico) que la receta tradicional. Para ello, podemos partir de lo tradicional al invento, y probarlo cada uno en su cocina. Estamos abiertos a todas las críticas. Por favor, absténganse los puristas. Respeto mutuo.
La receta tradicional del teriyaki (teri=brillo -que le da la salsa de soja-; yaki= asado), ya nos indica desde su propio nombre varias cosas. El ingrediente principal,
la salsa de soja, y el uso que se le ha de dar, como adobo o condimento antes de asar la carne, verduras o pescado en que la utilicemos. Sin excluirla, la salsa teriyaki debe usarse de este modo, y no como acompañamiento una vez preparado el plato.
la salsa de soja, y el uso que se le ha de dar, como adobo o condimento antes de asar la carne, verduras o pescado en que la utilicemos. Sin excluirla, la salsa teriyaki debe usarse de este modo, y no como acompañamiento una vez preparado el plato.
Los ingredientes que la componen son cuatro, a saber: salsa de soja, mirin, sake y azúcar. Las proporciones, ya son más variables. En principio, vamos a aceptar como buenas las dos propuestas a continuación:
1.- Tres medidas de salsa de soja, tres medidas de mirin, una de sake y otra de azúcar
2.- Lo mismo pero con dos medidas de sake.
La forma de preparación es de sobra conocida: calentar los ingredientes hasta que se disuelva el azúcar y cocer a fuego lento entre quince y veinte minutos. En las fotos podemos observar la diferencia de color y, si se me permite, de textura entre las dos fases.
Cuando el azúcar empiece a caramelizar y por lo tanto, a hacer más densa la salsa, es el momento de retirarla del fuego y utilizarla.
Pero en éste caso hemos hecho un pequeño cambio. Los ingredientes y sus medidas serían los siguientes:
Tres medidas de salsa de soja, tres de cerveza (preferiblemente ecológica), una de té verde frío y una de azúcar. Que nadie se asuste. Primero probar… después opinar.
Y… claro, no sería justo no hacer algo sencillo para acompañar, y así comprobar su uso “en directo”.
Vamos a preparar un pollo teriyaki (falso teriyaki), acompañado de verduras y aguacate. No tiene ciencia ni dificultad alguna. Para ello necesitamos (para dos personas):
-Dos muslos o contra muslos de pollo (También valdría pechuga, pero no es lo mismo)
-Sal
-Aceite (preferiblemente de oliva, sabor suave)
-La salsa que hemos preparado
-Un pimiento rojo (pequeño)
-Medio aguacate.
Troceamos el pollo, sacándole el hueso. Añadimos sal a gusto del personal, y adobamos con la salsa teriyaki. Lo ponemos al fuego en un wok y dejamos que se vaya haciendo lentamente (deberá asarse aproximadamente, entre quince y veinte minutos, el punto exacto, después….)
Partimos el pimiento en tiras tras retirarle la semilla, y freímos a fuego lento en aceite.
Troceamos el medio aguacate haciendo medias lunas.
El punto de “asado” del pollo, nos lo dará la salsa, haciéndose más densa y sobre todo… el olor!. No debemos esperar a que se queme, y lo detectaremos fácilmente, por el olor del azúcar a caramelo.
Retiramos del fuego y acompañamos con el pimiento frito (previamente escurrido en papel de cocina) y el aguacate.
¿Por que no?, podemos acompañar la cena con el té verde helado que nos ha sobrado como bebida. ¡Salud!.
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